Atenerse a los deseos insondables
que con soltura adjudicamos
la benevolencia regresando
a los instintos de las cavernas,
con aires de supervisores
damos por hecho la incoherencia
sin trascendencia a la cólera
que nuestra superioridad supera,
infringir la dignidad del otro
con la soberbia subterránea,
bajeza de la descomposición
humana fragancia del ultimo
eslabón, ignominia pueril
torpeza del devenir,
asombro de cualidades sin definir
en contextos inexplicables
para celebrar nuestros triunfos,
inoculando nuestras derrotas
acreedores de la verdad.
que con soltura adjudicamos
la benevolencia regresando
a los instintos de las cavernas,
con aires de supervisores
damos por hecho la incoherencia
sin trascendencia a la cólera
que nuestra superioridad supera,
infringir la dignidad del otro
con la soberbia subterránea,
bajeza de la descomposición
humana fragancia del ultimo
eslabón, ignominia pueril
torpeza del devenir,
asombro de cualidades sin definir
en contextos inexplicables
para celebrar nuestros triunfos,
inoculando nuestras derrotas
acreedores de la verdad.
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